martes, 15 de julio de 2014

¿Qué pasó con la semiología en la medicina moderna? 10 claves sobre su vigencia; por Samir Kabbabe


La Semiología Médica es el cuerpo de conocimientos que permite identificar los síntomas y signos con los que se expresan las enfermedades y es un pilar fundamental del ejercicio médico. Esos síntomas y signos se obtienen a través de la entrevista y el examen del enfermo. Actualmente es común que se realicen diagnósticos e indiquen tratamientos sin que los pacientes sean suficientemente interrogados y examinados. Pero al parecer la Semiología Médica está perdiendo vigencia.
A la medicina moderna se le acusa de varias desviaciones que la han hecho alejarse del paciente; entre ellas podemos mencionar la Deshumanización (ausencia de compasión o incapacidad para ponerse en el lugar del enfermo), la Desprofesionalización (se relativiza la excelencia), la Descaracterización (no se actúa en correspondencia con el papel y función socialmente esperadas) y la Despersonalización del enfermo. Es necesario profundizar en la misión del médico y en el desarrollo de sus indispensables cualidades humanísticas desde los estudios de pregrado hasta en los cursos de educación médica continua, pero también es necesario conocer las múltiples razones que en la medicina actual, alejan al médico del paciente y de la semiología.
¿Pero a qué obedece la aparente pérdida de vigencia de la Semiología Médica?
1. La dependencia tecnológica. El avance de la medicina ha generado una creciente dependencia tecnológica. El impresionante progreso de la bioquímica, la biología molecular y la genómica permiten llegar hasta las zonas más recónditas de la célula para conocer su funcionamiento y estructura. Las nuevas técnicas imagenológicas y endoscópicas abren ventanas a las zonas más ocultas del organismo, aportando datos objetivos en lo morfológico y funcional. Entonces, la necesidad de obtener criterios diagnósticos precisos genera una dependencia cada vez mayor de los progresos tecnológicos aplicados al diagnóstico.
La computarización de las áreas de asistencia médica y en la consulta, con posibilidad de obtener resultados e imágenes casi en tiempo real (junto con el deseo de la solución inmediata de cualquier duda o necesidad de información a través de las páginas médicas) también contribuye con la dependencia tecnológica.
La tecnología es una valiosísima herramienta que optimiza la calidad de atención médica, pero puede hacer que prevalezcan argumentos que menosprecian la semiología. ¿Para qué auscultar pulmones o palpar un abdomen, si de todos modos se pedirá una radiografía del tórax y un ultrasonido abdominal? Pues esa dependencia ha llegado incluso a degenerar en culto, cuando se le da más importancia y credibilidad al dato del hallazgo tecnológico que al juicio clínico. Y hasta a exagerar y redundar en la petición de estudios innecesarios.
2. La actualización y la especialización. La medicina no está escrita: se está escribiendo. Cada vez surgen nuevos conocimientos y el médico puede sentirse abrumado con la velocidad con la que avanzan las ciencias médicas. Se superan criterios, se adoptan mejores prácticas, aparecen nuevos tratamientos. El médico está en la necesidad de adquirir nueva información en la que se debe actualizar, familiarizarse con la “Medicina Basada en Evidencias” a través de estudios aleatorios, prospectivos y comparativos en seres humanos y en conocer las guías actualizadas que establecen expertos. La medicina actual, cada vez más especializada y compleja, muchas veces obliga a la necesidad de que múltiples especialistas participen en la atención del enfermo. Y eso diluye las responsabilidades y hace perder la figura del médico responsable principal o médico de cabecera.
3. Pautas administrativas y contención de costos. Los consorcios financieros controladores de la asistencia en la medicina autosustentada o privada, como también en las instituciones públicas, establecen sus propios protocolos. Y muchas veces obligan al médico a darle más importancia a un estudio complementario que a su propio juicio, antes de asumir los costos de una hospitalización o de un procedimiento.
4. El médico y el ejercicio de la medicina. El médico está sometido a un desgaste de su atención y tiempo rellenando formularios, elaborando informes y constancias que deben satisfacer a los administradores. Además, debe enfocarse en optimizar los tiempos de hospitalización y contener costos, mientras trata de brindar una atención satisfactoria, muchas veces asumiendo responsabilidades que no le competen pero que inciden en la calidad de atención.
5. ¿A quién le pertenece la medicina? Todo lo ya dicho incide en el perfil profesional de excelencia, resta voluntad y deteriora el tiempo y la calidad del tiempo que se le debe dedicar al paciente. Pero la medicina no nos pertenece a los médicos, ni a los centros asistenciales ni a los académicos: la medicina le pertenece primariamente al individuo, a la persona, al ser humano en situación de vulnerabilidad. la medicina es del enfermo, de la persona que sabe que su salud y su cuerpo son intrínseca e inexorablemente vulnerables, deteriorables y finitos. A los médicos nos corresponde adaptarnos a nuevas realidades y superar dificultades, pero sin perder la raíz: nos debemos al paciente, al patiente, que significa sufriente en latín.
6. El acto médico y la relación médico/paciente. Los médicos hacemos actos médicos. El acto médico se define como aquella situación en la cual una persona que sufre busca ayuda y otra se la da. En el acto médico hay una relación entre dos personas: una vulnerable y otra con capacidad de restaurarle la salud y de quitarle el sufrimiento. Se trata de un acto altamente humano y a la vez humanizante, porque somos doctores (la palabra doctor viene de docere, que significa enseñareducar). Y una relación médico-paciente, íntima, privada, entre dos personas, debe estar signada por la confianza, la honestidad, la responsabilidad y la integridad, con un solo vector direccionado al beneficio del paciente.
Los médicos atendemos personas con dignidad. La palabra persona se refiere a un ser humano consciente que piensa, que siente, que es autónomo y libre, responsable de sí mismo, que interactúa socialmente y tiene responsabilidades ante los demás y ante sí mismo, que está sometido a vivencias y experiencias exclusivas e irrepetibles y que se desenvuelve en un ámbito específico en lo cultural y social. La palabra dignidad se refiere al merecimiento innato que tiene todo ser humano y que le corresponde por el hecho de existir como individuo; se fundamenta en la igualdad específica de todos, pero no toda persona es autónoma o enteramente libre. Por ejemplo: la relación médico-paciente no se establece siempre entre personas maduras.
Durante el acto médico y a través de la relación médico-paciente hay comunicación entre dos personas. Si no hay compasión, si no se puede entender y compartir la emocionalidad del otro, entonces no hay una adecuada relación médico-paciente. Los seres humanos somos comunicación. Nosotros somos lenguaje. Y los límites de la persona son los límites de su lenguaje. De cuanto se tiene vivencia y experiencia se puede hablar, pero no todos poseen dominio suficiente del vocabulario y mucho menos del vocabulario médico. No todo lo que se piensa o se siente se puede traducir en palabras o conceptos. Así que lo que no logra expresarse con el lenguaje oral corresponde a un mundo íntimo que utiliza una gran diversidad de otros tipos de signos o códigos, muchas veces individuales y muy mediatizados por caprichos semánticos que no se transmiten ni se perciben en su integralidad. El lenguaje a través de las palabras es sólo una de las formas de comunicación.
En teoría de la comunicación tiene que haber un mensajero, un mensaje y un receptor. Para ser un buen receptor hay que entender al otro y aprender a recibir mensajes. Y para eso se amerita de experiencias y vivencias, printing de conceptos e ideas, vocabulario. Conocerse a uno mismo y desarrollar habilidades para leer todo el corolario de lenguajes nos eprmitirá atender mejor a cada enfermo y saber qué tiene.
7. La entrevista médica. Después de tener alguna idea cercana de la identidad de la persona que nos consulta y de los síntomas que lo han obligado a consultarnos (y que debemos considerar para cumplir con sus expectativas de resolución), se realiza un interrogatorio dirigido que necesita que el médico tenga destrezas y conocimiento de las entidades nosográficas, de las características de los síntomas en distintas enfermedades y de la historia natural de las mismas. De este modo se pueden elaborar hipótesis paralelas de diagnóstico. En el interrogatorio aparecen datos duros y blandos, datos mediatizados por la emocionalidad o las experiencias previas. Hay también datos irrelevantes. Un interrogatorio que pueda obtener la información necesaria requiere de una atmósfera de confianza y atención al paciente, además de respeto por su tiempo y su espacio.
8. El examen físico. El examen físico tiene ritual, es metódico y sistemático, no puede ser interrumpido, amerita destrezas, técnica, elegancia y estética. Es increíble cómo algunos pacientes hoy se sorprenden cuando les decimos que los vamos a examinar, pero es en el examen físico donde se obtienen los datos más duros, objetivos y medibles: esos signos que corresponde consignar, interpretar e integrar. El examen físico a veces no es más que corroborar las hipótesis que nos hemos hecho.
La inspección es la primera parte del examen físico, aunque comienza en el abordaje inicial del paciente al prestar atención a su actitud, facies, color, sudoración, fenotipo, marcha, respiración. Los médicos vemos enfermedades y hallazgos físicos como un sastre ve telas, puntadas y modelos.
Pero para que esto tenga sentido el paciente requiere un ambiente y un entorno cómodos, que respeten su pudor. Así se sentirá confiado y colaborará mucho más en la medida que reciba amablemente las instrucciones necesarias para el examen.
Este proceso puede resultar intimidante. El paciente sabe que su cuerpo se convierte en un texto que será leído por un ojo semiótico. De sujeto pasa a ser objeto, por lo que se debe ser amable y preciso para evitar una sensación de expropiación y humillación. Por ejemplo: no ser tosco metiendo un dedo en el ojo, cuando debe bajarse delicadamente el párpado inferior para evaluar conjuntivas o alzar delicadamente el superior para evaluar los sacos lacrimales; o no meter bruscamente la mano en el abdomen y, de paso, preguntar si duele o regañar al paciente porque no relaja la pared abdominal.
Un examen físico minucioso y con instrucciones precisas y que no provoque molestias habla de profesionalismo y genera confianza. Si no se ha generado confianza, la palpación del cuerpo del paciente puede resultar un acto hostil, intimidante, invasivo y humillante. Más aun cuando se invaden oquedades o se introducen espátulas, espéculos, agujas, tubos.
9. Los estudios complementarios. Una vez obtenidos e integrados los datos que puedan permitir conclusiones, diagnósticos presuntivos, listados de problemas o hipótesis de trabajo, se pueden solicitar los estudios complementarios para documentar las conclusiones o corroborar los diagnósticos y orientar tratamientos. Pero debe haber criterio para saber cuáles estudios solicitar, además de conocer las limitaciones diagnósticas de cada prueba, conocer la sensibilidad, la especificidad y el valor predictivo de cada una.
Hasta el 5% de los exámenes de laboratorio de rutina que se solicitan en atención primaria pueden mostrar valores que están fuera del rango de la normalidad, sin que eso tenga connotación clínica. Es exageradamente peligroso, desgastante y costoso tener que solicitar nuevos estudios a partir de un falso positivo de un resultado de laboratorio en una persona por demás sana.
10. Los pacientes necesitan médicos. Es inquietante ver numerosos resultados de estudios en la historia de un paciente de emergencia sin una consignación de los síntomas, antecedentes o hallazgos del examen físico. Es inquietante ver a los médicos en áreas de emergencia o de cuidados intensivos pegados a la computadora y los pacientes ocultos e incomunicados detrás de una cortina.
No hay casos sino enfermos. Y un enfermo es mucho más que alguien que sufre por una neumonía, una hipertensión, una arritmia, un infarto, un índice bajo de calcio o una creatinina elevada. Un enfermo es alguien que busca atención médica por razones subjetivas, que desea aliviar su dolor, sus temores y sus angustias. Alguien que merece tener independencia en sus funciones, disfrutar de una vida feliz, desarrollarse como persona y disfrutar de su familia, sus actividades intelectuales, espirituales y afectivas para tener una buena perspectiva general de su salud.
Obviamente, los pacientes necesitan diagnósticos precisos y tratamientos resolutivos, pero sobre todo necesitan médicos que los acompañen. No sólo tecnología. No se necesitan certificados de exámenes donde los categoricen por riesgos, ni dogmáticos verdugos o leedores de exámenes que, como si fueran funcionarios de aduana, llenan formularios para emitir visas de sanos o visas de enfermos con porcentajes de sobrevida, cual perdonavidas renovadores de pagarés bancarios.
***
El arte de la medicina y la vigencia de la Semiología. La adquisición y maduración continuada de conocimientos, el desarrollo de habilidades que permitan obtener y seleccionar los datos del interrogatorio y del examen físico, la selección de los exámenes necesarios y de la interpretación e integración de sus resultados, el pensamiento inductivo y el hipotético deductivo, la selección de las opciones terapéuticas y saber acompañar al enfermo en su enfermedad son cosas que tienen virtud, tienen arte.
La semiología mantiene vigencia porque es inherente al ejercicio de la medicina. Podrán desarrollarse nuevos instrumentos precisos de diagnóstico y hasta equipos ecosonográficos de bolsillo, pero nada sustituirá la entrevista y el examen físico. Mucho menos la relación médico-paciente.
Corresponde conocer y utilizar debidamente todo lo que el avance científico y tecnológico produce en beneficio del paciente, pero el abandono de la semiología aleja al paciente y favorece las desviaciones como la deshumanización, desprofesionalización, descaracterización y despersonalización.
El arte de la medicina es, precisamente, esa combinación de conocimientos, intuición, experiencia y juicio.

Dr. Samir Kabbabe

martes, 7 de diciembre de 2010

Hepatectomía derecha

Técnica segura para la resección de tumores voluminosos de hígado

lunes, 12 de abril de 2010

ENFERMEDAD VASCULAR PERIFÉRICA (ARTERIAL)


Recibe el nombre de periférica porque afecta los vasos sanguíneos fuera del tórax. Puede afectar la economía vascular arterial por fuera del arco Aórtico, es decir los vasos cervicales y de los miembros superiores, así como la Aorta abdominal, arterias iliacas y las arterias de los miembros inferiores. De igual manera están incluidos en esta categoría las enfermedades venosas de igual localización anatómica y los vasos linfáticos.
La enfermedad vascular arterial periférica puede presentarse de manera aguda como crónica. Así tenemos que para el caso en que estén afectadas las arterias tendremos lo siguiente:


1. Agudas: Traen como consecuencia una morbilidad y mortalidad significativas. Las tasas de pérdida de la extremidad oscilan entre el 8% y el 22%, y las tasas de mortalidad perioperatoria entre el 10% al 17%. Por tal motivo, se precisa un diagnóstico preciso y un tratamiento rápido. El fenómeno es conocido como enfermedad tromboembólica, pero de manera esquemática y por la sutil diferencia patogénica, las describiremos por separado.

1.1. Embolias: Ocurren por la migración de un trombo intra-auricular, intra-arterial o por fractura de una placa ateroesclerótica, hacia un vaso distal ocluyéndolo de manera brusca, generalmente en un sitio dicotómico y de menor calibre; pudiendo producir entidades clínicas como el Accidente Vascular Cerebral isquémico; otro fatal, el infarto intestinal de los cuales no ahondaremos en este estudio; y la isquemia aguda tanto de miembros inferiores como de superiores. Es común ver el “pie basura” de los ingleses o pie azul, cuando un pequeño vaso arterial es ocluido por un embolo ocasionado por el desprendimiento de un pequeño fragmento de placa ateromatosa de un aneurisma de la Aorta una arteria o más comúnmente de las arterias iliacas o femorales. También en carótidas puede ocurrir este fenómeno.


Esquemáticamente la fuente de émbolos sería la siguiente:


CARDIÓGENA 80%
Fibrilación auricular 50%
Infarto del Miocardio 25 %
Otras entre ellas el mixoma 5%
NO CARDIÓGENA 10%
Enfermedad Aneurismática 6%
Arteria proximal 3%
Émbolos paradójicos 1%
OTRAS o IDIOPÁTICAS 10%


La localización más frecuente de las embolias periféricas se observan en:



Bifurcación Aórtica 10-15%
Bifurcación Iliaca 15%
Bifurcación femoral 40%
Poplítea 10%
Extremidades superiores 10%
Cerebral 10-15%
Mesentérica visceral 5%


1.2 Trombosis: Se produce en vasos afectados previamente por ateroesclerosis. Es menos grave que la embolia por la presencia de vasos colaterales, desarrollados por la hipoperfusión crónica, que mantienen una pobre perfusión muscular distal; sin embargo, muy útil, porque permite un mayor rango de acción terapéutica.
El vaso mas afectado con frecuencia es la arteria femoral superficial, por que generalmente es el más afectado por largos segmentos de ateroesclerosis. El aneurisma de la arteria poplítea también tiende a formar trombos y es muy grave cuando se prolonga o emboliza a arterias tibiales. De igual manera es muy grave la trombosis distal cuando se presenta como consecuencia de estados de hipercoagulabilidad como déficit de antitrombina III, presencia del sindrome antifosfolídos o anticuerpos lúpicos y la resistencia a la proteína C activada producida por mutaciones espontáneas del factor V de Leiden. Igualmente la sepsis es un factor etiológico y pronóstico de gravedad.
Se produce por la formación espontánea del trombo en el segmento ateromatoso por hipercoagulabilidad o por ruptura y sangrado intramural de la placa.

Manifestaciones clínicas:
Son identificadas en la literatura con las siglas P en inglés y son cinco. Entre se encuentran:
· Pain=dolor
· Pallor= Palidez
· Pulseless= Ausencia de pulso
· Paresthesias= Parestesias
· Paralysis= Parálisis
El dolor es la característica más alarmante. Es de muy alta intensidad y de comienzo brusco. Se requiere de analgésicos potentes del tipo narcótico. Siempre es por debajo a la oclusión. En los casos de embolia el paciente niega antecedentes previos de dolor de tipo isquémico. Mientras que cuando ocurre una trombosis, el paciente refiere el antecedente de síntomas crónicos de claudicación o dolor de intensidad variables antes del episodio agudo. Una condición especial se presenta en los paciente intubados en el postoperatorio o inconscientes, pueden tener una isquemia grave sin manifestar dolor.
La palidez frecuente pero relativo y depende del grado de severidad y del color del paciente. El llenado capilar pudiera estar ausente en la oclusión completa, mientras que en la parcial, el llenado se encuentra muy retardado, con palidez al levantar la extremidad y enrojecimiento al bajarla.
La alteración de pulso nos permitirá desde el punto de vista clínico determinar el lugar de oclusión así como, la gravedad del asunto. La presencia del pulso en la extremidad contralateral es indicativa de embolia aguda. En los casos con enfermedad ateromatosa crónica, puede observarse una disminución del pulso casi siempre con cierto grado de simetría.
Las parestesias vienen determinadas por las lesiones de los nervios periféricos, los cuales son más sensibles a la isquemia. Por tanto, el grado de deterioro que presente, determinará el grado de isquemia. Los grados de trastornos sensitivos van desde sensaciones de pinchazos, pérdidas leves de sensibilidad, acartonamiento o acorchonamiento de los dedeos del pie, debilidad o rigidez subjetiva de los dedos de los pies y manos, llegando a la parálisis, hasta total anestesia con ausencia de dolor, en los grados más severos de oclusión y retardo en el tratamiento. En este momento se pudiera ya hablar de irreversibilidad del proceso isquémico.

Diagnóstico:
La anamnesis y la exploración física son las herramientas básicas en el diagnóstico. La exploración instrumental no invasiva como el ultrasonido doppler y/o el estudio Dúplex ha sido de gran utilidad en los casos agudos y, han desplazado los estudios invasivos como la arteriografía; pues son de mas fácil acceso y permite establecer una estrategia terapéutica urgente y apropiada.
En la anamnesis deben establecerse factores de riesgo, además de individualizar la evaluación de cada paciente para obtener información suficiente y efectiva sin retardar el tratamiento para el rescate de la extremidad.
Se deben realizar radiologías del tórax y Electrocardiogramas de 12 derivaciones o una ecocardiografía transesofágica (esta última, casi siempre debe realizarse después de operado y estabilizado el paciente) que permitirán encontrar o confirmar factores de riesgo.
El ecodoppler permite identificar el nivel de oclusión, así como la gravedad de la misma. De igual manera el estudio dúplex permite ver la estructura del vaso y las características del flujo tanto por encima como por debajo de la oclusión, así como, determinar si ésta es completa o no.
Cuando existe sospecha de enfermedad arterial crónica debe realizarse un estudio arteriográfico, que muchas veces se realiza en quirófano durante el acto quirúrgico.

Tratamiento:
Sigue los principios siguientes:
· Debe ser realizado lo más pronto posible después de hecho el diagnóstico. Las primeras 6 horas de iniciado el proceso clínico son críticas y claves para el rescate.
· Evitar el uso de fomenteras calientes, porque equivocadamente al pensar que la manifestación clínica se debe a un espasmo, aparte de retrasar el tratamiento, puede llegar a producir quemaduras debido a la disminución de la sensibilidad
· Evitar la propagación o crecimiento del trombo, mediante la administración de Heparina intravenosa en bolo de 5000 a 10000 Uds., seguido por infusión continua de 1000 Uds. /hora o 5000 Uds. c/4 horas con control del tiempo de protrombina.
· Utilización de heparinas de bajo peso molecular a dosis terapéuticas y no profilácticas.
· Aplicación de un catéter fenestrado, el cual se pasa a través del trombo y se administran fibrinolíticos (solo en casos de difícil acceso quirúrgico o muy distales). Está contraindicado su utilización cuando el paciente haya sido sometido a cirugía reciente o se encuentre en un lugar donde no haya unidad de terapia intensiva.
· Tratamiento quirúrgico, el cual consiste en realizar por medio de una arteriotomía la extracción del émbolo o del trombo, para lo cual se utiliza un catéter con un balón inflable en la punta, diseñado y desarrollado por primera vez por un cirujano vascular norteamericano llamado Thomas Fogarty. Hoy en día hay una variedad de diseños y variantes del mismo.
· A todos los pacientes, se les debe suministrar en el postoperatorio, anticoagulación oral titulado y controlado por tiempo de protrombina y el índice de razón normalizada la cual debe estar entre 2 y 2,5 del valor normal. El tratamiento anticoagulante debe mantenerse por un periodo prolongado. Hoy contamos con una alternativa que no requiere de control y se puede suministrar con seguridad por tres meses, como lo es una variante de las heparinas de bajo pesor molecular como Xarelto, a una toma diaria.


1.3 Trauma vascular: Las lesiones vasculares representan situaciones espectaculares a las que se tienen que enfrentar los cirujanos, debido a que la reparación lleva implícito el carácter de urgencia. El control vascular y el tratamiento adecuado plantea dificultades técnicas.
Las lesiones vasculares pueden ser de etiología iatrogénica o por agresión penetrante o cerrada como consecuencia de accidentes, o acciones dolosas.
Fisiopatología:
En el trauma vascular penetrante, se producen grados variables de laceración o transección del vaso. Los extremos de un vaso completamente seccionado se retraen y experimentan espasmo y posterior trombosis. Mientras que un vaso parcialmente seccionado presenta sangrado abundante.
El traumatismo no penetrante produce rotura de la pared arterial con la formación de pequeños colgajos de la íntima, o un daño de la pared completa del vaso, con extravasación o trombosis, dependiente de la severidad del trauma. La desaceleración hace que el vaso se vuelva tortuoso; sin embargo, dependiendo de la gravedad de la fuerza aplicada, puede observarse también desde desgarro de la íntima con trombosis intraluminal, hasta rotura de la pared y sangrado.

Clínica:
Las manifestaciones clínicas van a depender de la gravedad de la lesión que pudiera ser desde un estado asintomático, como ocurre en las lesiones vasculares mínimas, las cuales solo en el 10% de los casos, progresan a lo largo del tiempo y requerirán una intervención quirúrgica, hasta la isquemia severa y sangramiento.
Desde el punto de vista clínico diagnóstico, las manifestaciones del trauma vascular arterial se presentan con:
· Signos blandos:
Pequeño hematoma estable
Lesión de un nervio
Hipotensión no explicada
Proximidad de lesión con un vaso mayor

· Signos duros:

Ausencia o disminución de pulsos
Hemorragia activa
Gran hematoma que se amplía o pulsátil
Soplo o Frémito
Isquemia distal

Diagnóstico:
Al igual como se mencionó en el caso de la enfermedad tromboembólica es necesario un acucioso interrogatorio y examen físico. Igualmente se hace necesario la utilización del eco doppler el cual permite demostrar la presencia o ausencia del flujo pulsátil arterial por debajo del trauma o de la herida y, la presencia o ausencia del flujo espontáneo y fáscico por encima de la probable lesión en caso de daño venoso. Este estudio permite dirigir otros estudios eventuales como dúplex o angioresonancia o tomografías si el paciente se encuentra estable o practicársele una arteriografía de urgencia y programar la cirugía.


Estrategia terapéutica:

El tratamiento resucitador de la volemia en los casos de hipotensión o hemoconcentración debe ser realizado en dos fases. En la primera fase, la perfusión de líquidos debe ser lo suficientemente adecuada para mantener la presión arterial media entre 60 y 80 mmhg para evitar daño cerebral y no se deben utilizar inotrópicos. Posteriormente al control del daño se restituye el resto de la volemia.
El control del sangrado se hace mediante la aplicación del dedo en el orificio sangrante o compresión con la mano. También se puede utilizar una sonda con balón inflable para realizara la hemostasia. No se deben utilizar torniquetes, pues empeoran la isquemia tisular.


Técnica operatoria:
Cuando el paciente amerita ser intervenido quirúrgicamente, y se sospecha de lesión mínima o de lesión incompleta, que no ocasiona en el paciente, modificaciones hemodinámicas de importancia, algunos autores recomiendan procedimientos endovasculares. En los casos que ameritan exploración quirúrgica, la técnica dependerá de los daños encontrados o las condiciones clínicas del paciente: Entre las distintas técnicas podemos mencionar:
· Control del sitio de sangrado
· Desbridamiento
· Lograr un adecuado “inflow” y “outflow” es decir, un adecuado flujo de entrada y de salida
· Técnicas de rafia o aplicación de parches en las lesiones parciales
· Reconstrucción del tubo vascular ya sea por anastomosis o la aplicación de puentes con injertos venosos o protésicos.
· Fasciotomía cuando estamos en presencia de: Hipotensión prolongada, tumefacción de la extremidad, lesión combinada arterial y venosa y/o ósea, retraso importante entre el tiempo en que ocurrió la lesión y el acto quirúrgico y presión de compartimiento > 35 mmhg.
· Cuando se está en presencia de lesión venosa se debe siempre tratar de repararlas, sobretodo en casos de lesión de vasos únicos como la vena poplítea o la femoral común. El pronóstico postoperatorio es mucho mejor.
· Control de daños el cual consiste en introducir un tubo de teflón, silastic, etc. dentro del vaso lesionado realizando un corto circuito, con la finalidad de restaurar la circulación de manera momentánea mientras se estabiliza el paciente desde el punto de vista hemodinámico, del equilibrio hiidroelectrolítico y ácido base, sobretodo en pacientes con choque hipovolémico y múltiples lesiones.




1. Enfermedad arterial crónica: Es una afección arterial de carácter crónico como consecuencia de un proceso regenerativo de una condición inflamatoria, en la que intervienen varios factores, entre ellos la edad, el tabaquismo, la hipertensión arterial, las enfermedades metabólicas como la diabetes y las dislipidemias, así como también un trastorno hematológico llamado homocisteinemia. Todos estos factores conducen al proceso conocido como Arterioesclerosis con la consiguiente ateromatosis, estenosis y oclusiones. Igualmente a degeneración de la pared arterial con la formación de aneurismas. La tromboangeitis obliterante puede causar enfermedad arterial periférica.
Desde el punto de vista de la etiopatogenia se han involucrado agentes virales y bacterianos, alteraciones del equilibrio entre la formación de sustancias llamadas Metaloproteasas y su inhibición tisular, produciéndose una cantidad mayor de las mismas que logran destruir la matriz celular. De igual manera se ha identificado infiltración de células y mediadores inflamatorios en la pared vascular de pacientes con factores de riesgo presentes.

Entidades Clínicas:
La enfermedad arterial crónica es conocida más frecuentemente a través de dos entidades, entre ellas, la Enfermedad Arterial Oclusiva Periférica (PAD por sus siglas en ingles) con una incidencia más alta mientras mayor sea la edad del grupo poblacional y, con una prevalencia variable, dependiendo de la presencia de los hábitos de vida y factores de riesgo presentes en ese mismo grupo poblacional en el tiempo.
La otra manifestación es la Enfermedad Aneurismática, la cual puede ser de tipo central afectando la Aorta de manera localizada en tórax o abdomen, o completa, torácico abdominal. La periférica que afecta arterias iliacas, femorales, poplíteas o arterias del cuello, brazos y/o viscerales. Puede ser única o bilateral, o tener localización múltiple; es decir, que un paciente puede tener un aneurisma de arteria poplítea y otros de manera simultánea.
Manifestaciones clínicas:
En ambas entidades las manifestaciones clínicas vas a depender del grado de severidad de la enfermedad y la evolución de la misma. Ambas pueden ser descubiertas en un examen físico general y ser asintomáticas en el paciente, presentar síntomas o signos variables de isquemia, o mostrar una presentación clínica aparatosa.
En la PAD, el síntoma más común es la claudicación intermitente o puede evolucionar a isquemia crítica. Fontaine realizó una clasificación orientadora de la severidad de la enfermedad y a su vez, orientadora del esquema terapéutico. Esta fue posteriormente modificada por Rutherford, comparando grado con categoría y clínica, siendo hoy una de las clasificaciones más utilizadas. Con el advenimiento de los procesos endoscópicos se abre paso a una nueva clasificación basada en los hallazgos arteriográficos y tiene relación con el tamaño de la lesión, su ubicación y su importancia es terapéutica. Es llamada clasificación TASC por el consenso de la conferencia transatlántica sobre enfermedad vascular periférica.


Se le llama claudicación intermitente porque la manifestación de dolor se inicia cada vez que se reinicia la marcha. Es también llamada “enfermedad de las vitrinas o de los centros comerciales” porque sucede lo siguiente con el paciente: Inicia la marcha y se detiene al aparecer dolor más comúnmente en una o ambas regiones gemelares (puede aparecer en pies o en regiones glúteas o muslos, dependiendo del sitio de la obstrucción), se detiene para hacer disminuir o desaparecer el dolor, reinicia la marcha y reaparecen los síntomas, teniendo que detenerse nuevamente, y así sucesivamente convirtiéndose en una desagradable incomodidad.
Puede manifestarse como dolor y/o congestión o sensación de calambre en la región muscular que se encuentra debajo del sitio de estenosis u oclusión, y es debido a la disminución de la perfusión requerida por la demanda muscular de oxígeno al ejercicio. Se le asocia disminución de pulsos aunque en ocasiones éstos se encuentran normales en reposo y se requiere de pruebas de esfuerzo o isquemia hiper-reactiva para notar la disminución del pulso o la alteración del índice de presión perfusión (IPP), también conocido como índice brazo tobillo (IBT) o índice de Yao.
Se diferencia de otros tipos de claudicación como los consecuentes a estenosis del canal medular o patología neurológica, donde el dolor se manifiesta no solo al caminar sino al levantarse o en reposo. También a la claudicación observada en la trombosis venosa, que si bien se manifiesta al realizar la marcha, en la mayoría de los casos se evidencia asociada a edema y congestión muscular previa al ejercicio.
Algunos pacientes con enfermedad artrósica de caderas consulta por dolor en los miembros inferiores al iniciar la marcha que luego desaparece al “entrar en calor”, también se presenta después de permanecer largo periodo de inmovilidad, manifestándose como rigidez articular y, es confundido como claudicación intermitente de origen arterial; muchas veces debido a que se presenta en ancianos y en ocasiones éstos tienen algún grado de enfermedad vascular asociada.
Existe un trastorno clínico en el cual los pacientes se quejan de dolor en miembros inferiores que no cede con analgésicos comunes, les impide el sueño y persiste durante el día. Se irradia a la cara lateral de ambos muslos y piernas y región posterior de caderas y glúteos. Confunde con el llamado dolor de reposo pero no se encuentra signos de insuficiencia arterial y es debido a una numerosa combinación de procesos reumáticos inflamatorios tales como, tendinitis del tensor de la fascia lata, tendinitis glútea, sacroileitis, y bursitis intertrocantérica.
En los casos de insuficiencia venosa la claudicación se presenta posterior a actividad física prolongada, por ejemplo, al final de haber realizado una marcha forzosa o actividades cotidianas.
La otra manifestación es la isquemia crítica que puede definirse por cualquiera de estos dos criterios según el Trans-atlantic conference on clinical trial guidelines (TASC) in PAOD:
· Dolor persistente en el pie que requiere de analgésicos durante más de dos semanas, junto a la presión sistólica en el tobillo menor o igual a 50-70 mmhg, o una presión sistólica en los dedos menor o igual a 30-50 mmhg.
· Ulceración o gangrena del pie o los dedos en combinación con alguno de los parámetros hemodinámicos antes mencionados
El dolor de reposo es persistente, se presenta en pacientes con enfermedad vascular previa. Es mas común durante la noche o mientras duerme el paciente y se manifiesta con dolor de tipo isquémico, terebrante o lancinante. El paciente en este grado evolutivo de la enfermedad muestra pies o piernas pálidas o de color normal al estar acostado, y violáceas o enrojecimiento en diferentes grados, al bajarlas del nivel de la cama. Muchas veces el dolor mejora al descender las piernas y los pacientes presentan como consecuencia, un edema frio por éstasis.
La isquemia crítica es el grado más avanzado de enfermedad arterial oclusiva y se manifiesta con lesión tisular de diferentes grados de profundidad.
Clínicamente se observa dolor de reposo, palidez, retardo severo o ausencia del llenado capilar, mal retorno venoso (manifestado como colapso venoso en las venas superficiales visibles en algunos pacientes), y ausencia de pulsos

Diagnóstico:
Una buena anamnesis y un adecuado examen físico permiten realizar un correcto diagnóstico en los casos moderados o severos de la enfermedad; sin embargo, en las fases iniciales se requiere de procedimientos instrumentales. Para ello, es muy útil el estudio utilizando el ultrasonido doppler, el cual nos permitirá medir el índice de presión perfusión que debe estar entre 1 y 1,2.
El índice PP se obtiene de la siguiente manera: Se mide la presión sistólica en el tobillo o cualquier arteria de la extremidad a estudiar; igualmente se mide la presión sistólica de los brazos y se toma la más alta. Posteriormente se divide la presión obtenida en la extremidad inferior entre la presión sistólica más alta de los brazos y se obtiene el resultado. Todo valor por debajo de 1 en estudios individualizados o 0,9 en estudios poblacionales es considerado patológico. Se llama isquemia leve cuando el resultado se encuentra entre 0,7 y 0,9; moderada entre 0,5 y 0,7 y severa por debajo de 0,5. Cuando el valor está por encima de 1,2 entonces hablamos de incompresibilidad arterial. No se puede decir que no existe enfermedad arterial oclusiva, pues algunos diabéticos pueden sufrir de endurecimiento con calcificación de la media arterial y, desde el punto de vista hemodinámico tener hipoperfusión; así como también, los que sufren de calcinosis como en la Insuficiencia renal crónica. Este grupo de pacientes se presentan con índices mayores a 1,2.
El doppler, además, con el estudio de las ondas de pulso nos permite realizar un análisis hemodinámico de la enfermedad arterial. Muestra estenosis, oclusiones o torsiones y turbulencias y la localización por regiones de las lesiones, pero no nos permite medir la extensión ni la ubicación exacta de las mismas. Para ello requerimos del estudio dúplex el cual consiste en el principio de obtener una imagen en tiempo real y medir el flujo en ese segmento analizado. Además este estudio nos permite valorar el volumen de flujo que pasa por ese segmento estudiado. Nos muestra anatomía y fisiología.
El paso siguiente luego de confirmada la enfermedad es realizar un estudio anatómico de extensión que sería la Angioresonancia, muy útil cuando se quiere evitar el uso de contrastes, y/o los estudios radiológicos invasivos como la arteriografía convencional o de sustracción digital. Cuando se plantea realizar un procedimiento endoscópico terapéutico se recomienda realizar la arteriografía de sustracción digital.

Tratamiento:
Los pacientes con claudicación intermitente leve a moderada o que no sea incapacitante, deben recibir tratamiento médico y rehabilitación por un periodo de tres a 6 meses. Este consiste:
· Control de los factores de riesgo como hipertensión, diabetes, dislipidemia y tabaquismo. Los fármacos tipo Estatinas pueden utilizarse no solo como reductores del colesterol sino antiinflamatorios del endotelio.
· Cilostazol a dosis de 50 ó 100 mgs 2 veces al día. Tiene propiedades hemorreológicas antitrombóticas, antiagregantes y vasodilatadoras. Como tiende a aumentar la reabsorción de sodio, esta contraindicada en pacientes con insuficiencia cardiaca. Como segunda opción Clopidogrel 75 mgs/día el cual es un potente antiagregante plaquetario. Se le asocia una dosis de aspirina de 81 mgs al día.
· Propionyl L Carnitina. Como este grupo de pacientes presentan trastornos para el metabolismo de la glucosa en el músculo, se les indica una dosis de 1 gr de L-Carnitina dos veces al día, para obtener energía por combustión de los triglicéridos, en el músculo esquelético, cuando éste esta sometido a isquemia durante el ejercicio. Se ha demostrado que su utilización mejora la distancia de marcha.
· Rehabilitación de la marcha, indicándosele al paciente un programa de caminatas en terreno plano o en una banda sin fin, midiendo la distancia caminada hasta la aparición del dolor; descansa hasta mejorar el dolor y reiniciar la misma. Se debe realizar tres veces por semana, unos 15 o 30 minutos dependiendo de la tolerancia e ir aumentando progresivamente hasta completar 30 minutos 2 veces al día o una hora diaria. Este programa debe mantenerse por tres meses y ser reevaluado, si existe mejoría sustancial, entonces, se continúa con el plan. En caso contrario, se programa la cirugía.
Los procedimientos quirúrgicos dependerán de la severidad y extensión de la enfermedad. Y varía desde una angioplastia con aplicación de instrumentos metálicos de malla llamados Stent hasta procedimientos quirúrgicos abiertos como endarterectomía o la aplicación de injertes o prótesis anilladas o no de material de Dacrón o Politetrauretano expandido o PTFe.
En los casos en que el paciente no puede realizar la marcha porque es demasiado severo el dolor, o hay lesiones tisulares presentes y, no se obtiene por los estudios previos un buen lecho distal para revascularizar, existen alternativas para el rescate de la extremidad isquémica como:
· Compresión neumática intermitente, el cual consiste en producir periodos intermitentes de isquemia los cuales conllevan a segmentos de endotelio sano a liberar vasodilatadores intrínsecos como el óxido nítrico, aumentando el flujo sanguíneo y enviando pulsos de oxígeno al tejido isquémico contribuyendo a la cicatrización del mismo.
· Administración de prostaglandinas como el Alprostadil cuyos efectos son: disminuir la agregación plaquetaria, la función quimiotáctica de los polimorfonucleares y la expresión de las moléculas de adhesión como las e-Selectina, ICAM-1 y VCAM-1. También se ha demostrado un aumento del flujo distal medido por presión transcutánea de O2 y de la actividad fibrinolítica, retardando las amputaciones y observando resultados positivos aun a los 6 meses del tratamiento.
· Administración de Prostanoides como el Iloprost, ha mostrado evidencias de mejoría y aumento de la supervivencia de la extremidad
· Oxígeno terapia hiperbárica ha demostrado ser efectiva en los casos de úlceras del diabético con isquemia
· Estimulación del cordón espinal mejora el dolor
· Terapia celular la cual consiste en la inyección de células madres en la enfermedad afectada, las cuales tienen la propiedad de formar nuevos vasos.
La evolución y pronóstico de la enfermedad arterial en estado crítico según TASC es la siguiente:
Se estima que entre el 10 y el 30 % morirán a los 6 meses y un 25-35% sufrirán una amputación mayor. El pronóstico tras la amputación es pésimo. Se establece que la mortalidad perioperatoria es del 5 al 10% para la amputación por encima de la rodilla y del 15 al 20% cuando ésta se hace por debajo de la rodilla. Incluso en los pacientes que sobreviven, se da una mortalidad alrededor del 30% en 2 años; un tercio requerirá una segunda amputación y menos de la mitad alcanzará una movilidad total.
Se dice que cerca del 60% muere en los siguientes 10 años de diagnosticada la enfermedad, por algún evento cardiovascular o cerebrovascular.
De todo esto, debemos educar a la población acerca del control de los factores de riesgo para evitar la aparición o el progreso de esta terrible enfermedad cuando aun hay tiempo.

Enfermedad Aneurismática: El término procede de la palabra griega aneurisma, que significa ensanchamiento. Se como una dilatación localizada, permanente e irreversible de un vaso sanguíneo, que alcanza un diámetro como mínimo un 50% mayor que el diámetro del segmento aparentemente sano. La ectasia muestra una dilatación menor al 50%.
La Aorta normal en el varón varía entre 14 y 24 mm, mientras que en el sexo femenino el diámetro oscila entre 12 y 22 mm. La variabilidad depende en general del tamaño corporal.
Clasificación:
Se clasifican en dos grupos principales: verdaderos y falsos. En los verdaderos están afectadas las tres capas de la pared vascular. En los falsos o seudoaneurismas, la génesis es otra. El seudoaneurisma es un hematoma cavitado pulsátil para arterial. Se produce por una solución de continuidad en la arteria que permite la extravasación sanguínea y la constitución de un hematoma para-arterial.
La cavitación del hematoma crea la luz del seudoaneurisma y la reacción de los tejidos vecinos lo envuelve con una pared fibrosa.
Por su morfología se clasifican en fusiformes, cuya dilatación es asimétrica y abarca toda el área arterial mientras que los saculares, son excéntricos, ocupan una parte del segmento arterial y son más propensos a la rotura.
Por su etiología tenemos: degenerativos o secundarios, son más frecuentes y los daños a la pared son causados por la ateroesclerosis. Primarios o Congénitos donde la causa es la ausencia, generalmente del plano muscular, parcial o completo. También vemos los asociados a arteritis y trastornos del tejido conjuntivo. Son poco frecuentes.
Los infecciosos, también conocidos como micóticos, son algo más frecuentes y se manifiestan como falsos aneurismas.
Los aneurismas disecantes cuando ocurre un desgarro de la íntima y un espesor variable de la media. Se les llama así porque la dilatación aneurismática tiene luz falsa.
También se deben a dilatación post-estenótica de una arteria.
Factores de riesgo:
· Edad y sexo. La prevalencia de los Aneurismas de la Aorta Abdominal (AAA) aumentan con la edad. La frecuencia aumenta ininterrumplibemente el los varones mayores de 55 años con un pico máximo del 6% a los 80-85 años. Mientras que en las mujeres el crecimiento ininterrumpido comienza a partir de los 70 años, con un pico máximo de 4,5% por encima de los 90 años. Con relación al cociente varones: mujeres es 1:1 a partir de los 80 años mientras que antes de esa edad va de 4:1 a 5:1. El sexo masculino es un factor independiente de riesgo para AAA. Sin embargo, el riesgo de rotura es mayor en el sexo femenino.
· Raza: Los AAA son fundamentalmente una enfermedad de ancianos blancos con una probabilidad de 2-3 veces mayor en este grupo que en negros. Se considera que la raza negra y el sexo femenino son factores de riesgo negativo, en relación con el desarrollo de AAA, con un cociente de probabilidad de 0,52.
· Tabaquismo: Estudios muestran que cerca del 75% de los AAA se encuentran asociados con AAA con una preponderancia de 8:1 en relación con los no fumadores.
· Herencia: Se ha observado un riesgo aumentado de 11 veces de desarrollar AAA en aquellos que tienen familiares directos con AAA.
· La diabetes es en este caso un factor de riesgo negativo para el desarrollo de AAA, con un riesgo de 2 veces menor que los no diabéticos, con un cociente de probabilidad de 0,52.
· Los pacientes con antecedentes de hernia inguinal han mostrado mayor riesgo de formar AAA especialmente si son fumadores.
· Infección crónica por Chlamydia pneumoniae. En el 55% de los AAA se identifica la bacteria mediante pruebas inmunohistoquímicas.

Manifestaciones clínicas:
La mayoría de los aneurismas son asintomáticos. Los aneurismas periféricos, el 40% es asintomático, el 38% muestra isquemia crónica, y el 22 % puede sufrir de tromboembolia aguda con porcentajes de amputación que pueden llegar al 30% de los casos. El aneurisma de la arteria poplítea representa el 70% de todos los aneurismas periféricos.
El aneurisma de la arteria femoral son los segundos más frecuentes. Son bilaterales en más del 50% de los pacientes y el 92% tienen un aneurisma Aorto-iliaco concomitante.
Los aneurismas de las arterias iliacas se acompañan de aneurismas aórticos en el 40% de los casos. Cuando están aislados son muy poco frecuentes y afectan en el 70% de los casos a la arteria iliaca común y en 20% a la hipogástrica. Igualmente se asocian a la ateroesclerosis. Los síntomas se deben a la compresión a otras estructuras, claudicación, o complicaciones del mismo como rotura produciendo dolor, isquemia y shock.
En los AAA igualmente la mayoría son asintomáticos y son descubiertos durante una exploración física rutinaria como una masa abdominal pulsátil. Cuando son sintomáticos, se debe a rotura libre o contenida del aneurisma, a la trombosis o embolia distal. Cuando se infectan dan síntomas locales o sistémicos de infección bacteriana o fúngica. La compresión puede causar sensación de saciedad precoz, náusea o vómitos. El síntoma más corriente es dolor impreciso y crónico en el abdomen o espalda. Aparece en el 30% de los pacientes. Cuando los AAA se expanden rápidamente, los pacientes presentan dolor intenso y profundo en la espalda o el abdomen con irradiación a la espalda y sensibilidad al palpar el aneurisma. Cuando se rompen se presenta la tríada de dolor repentino en el abdomen medio o en el costado, shock y presencia de masa pulsátil. El dolor puede irradiarse a la ingle o el muslo, suele ser intenso y no varía con los cambios de postura. El grado de shock puede variar de leve a severo y los síntomas pueden durar de minutos a horas. Cuando la rotura esta contenida, puede confundirse con diagnósticos como angina de pecho, pancreatitis o úlcera péptica perforada; así como también, diverticulitis aguda, colecistitis aguda, oclusión de vasos mesentéricos, cólico nefrítico, lesiones del disco lumbar o incluso ciática.
En ocasiones se rompe a la vena cava inferior o en una de las venas iliacas dando a una fístula aortocava o aortoiliaca. Cuando esto ocurre, el paciente muestra signos de insuficiencia cardiaca congestiva y edema de miembros inferiores, así como también, se ha visto hematuria por hipertensión de las venas de la vejiga en este caso. Cuando se perforan al intestino o principalmente al duodeno, se evidencia hemorragia digestiva masiva.

Diagnóstico:
En los casos de AAA:
· Historia clínica adecuada que permita establecer factores de riesgo, síntomas de isquemia crónica o aguda y la presencia o no de masas pulsátiles. Aunque en pacientes obesos el examen físico resulta poco fiable.
· Ultrasonido abdominal: Proporciona información estructural sobre la pared vascular y permite medir con precisión las dimensiones longitudinales y transversales del AAA, sobre todo, en casos de localización infra-renal. También sirve como evaluación de crecimiento y pronóstico.
· La técnica más exacta es la Tomografía computada. Permite determinar la extensión proximal como distal del aneurisma; así como, su cuello. Identificar además si hay oclusiones y la presencia o no de aneurismas de las arterias renales, iliacas y viscerales. Permite también evaluar si la luz es verdadera o falsa. Sirve para identificar la fibrosis retroperitoneal presente en los aneurismas inflamatorios y además es útil en casos de fisuras o rotura, ya que permite valorar de manera no invasiva, fugas de contraste.
Tenemos dos variantes: TAC helicoidal con proyecciones en múltiples planos y la angiografía por TAC helicoidal tridimensional.
· La Resonancia Magnética es una técnica no invasiva que permite evaluar en su totalidad la Aorta sin la utilización de contrastes ni radiaciones ionizantes. Es de elección cuando el paciente sufre además de insuficiencia renal. Existe una variante tridimensional.
· Aortografía es un procedimiento que se ha dejado para cuando se desean medir gradientes de presiones, o programar un procedimiento endovascular; pues proporciona al cirujano información sobre posibles arteriopatías asociadas que afecten las arterias renales, viscerales y las arterias iliacas y femorales.

En casos de aneurismas periféricos de igual manera es importante la historia clínica, el estudio vascular con ultrasonografía dúplex color, angioresonancia o arteriografía si se plantea un procedimiento endovascular.

Clasificación:
Para el caso que nos concierne, los aneurismas periféricos no muestran una clasificación clínica; excepto, los AAA muestran una clasificación clínico pronóstica dependiendo de su relación con las arterias renales, según la Mayo Foundation for Medical Education and Research.


(I) Infrarrenal
(II) Yuxtarrenal
(III) Pararrenales
(IV) Suprarrenales


Tratamiento:
Con respecto a los AAA como mencionamos la mayoría son asintomáticos y el riesgo de rotura no es tan alto como el riesgo de morbilidad y mortalidad, se puede contemporizar realizando controles médicos periódicos. El tratamiento definitivo dependerá del tamaño, y si presenta o no complicaciones.
Tratamiento médico:
· Se debe intentar reducir el ritmo de expansión y el riesgo de rotura. Para ello, se debe controlar la hipertensión, abandono del tabaquismo y reducción del colesterol, los triglicéridos y las lipoproteínas.
· Estudios experimentales han demostrado que el uso continuo de AINES inhiben los AAA inducidos por elastasa en animales de experimentación; por inhibición de la ciclooxigenasa-2 y reducción de las prostaglandinas E2, la interleucina-6 y la metaloproteasa (MMP) matricial-9. Retrospectivamente, estudios de pacientes que tomaban AINES regularmente, presentaban un ritmo significativamente menor de formación de aneurismas.
· Doxiciclina, un antibiótico con propiedades inhibitorias dela MMP, ha demostrado en estudios prospectivos una reducción significativa de la expansión aneurismática.
Tratamiento quirúrgico:
· El estudio ADAM sugiere que el límite para contemporizar podría estar entre 4 y 5,4 cms. En las mujeres quienes presentan un riesgo de rotura cuatro veces mayor, el umbral de 5,5 cm de diámetro de los AAA podría ser excesivo.
· El Joint Council of Vascular Societies señala la necesidad de individualizar el tratamiento, y recomienda operar cuando se llega a 5,5 cm o más de diámetro del AAA en varones, y aquellos que se expanden a un ritmo superior a 1 cm/año o que producen síntomas. En el caso de mujeres, o en individuos con la posibilidad de rotura superior a la media, un diámetro de 4-4,5 cm representa un umbral apropiado para la reparación quirúrgica programada. Los pacientes de alto riesgo se les recomienda la reparación endoscópica, especialmente indicada en abdómenes “hostiles”.
· Los aneurismas atípicos deben operarse independiente de su tamaño.




Dr. Yonde Kafruni Abud

jueves, 23 de abril de 2009

clase RESPUESTA NEURO-ENDOCRINA A LA AGRESIÓN QUIRÚRGICA.


La cirugía es una acción agresiva sobre el enfermo, aunque con un objetivo terapéutico.
Respecto a la “agresión” en si, no existe diferencia entre el traumatismo accidental y el
quirúrgico. Toda agresión altera el equilibrio de la homeostasis y estimula en el paciente una respuesta biológica compleja. Recordemos el Síndrome de adaptación y las reservas de catecolaminas para una segunda o tercera agresión inmediatas a la inicial.

COMPONENTES DE LA AGRESIÓN QUIRÚRGICA.

Existen fenómenos agresivos que coinciden sobre el paciente en un corto espacio de tiempo y que pueden entremezclarse entre sí. Entre todos ellos se pueden extraer los siguientes componentes fundamentales de todo fenómeno agresivo, sea accidental o quirúrgico:
-Lesión de los tejidos (foco traumático).
-Hipovolemia (pérdida de líquidos y sangre).
-Ayuno (déficit del aporte de energía).
-Sepsis (infección invasiva).
-Estado de shock (hipoperfusión hística más anaerobiosis) muy importante.

De la integración de estos componentes, se pueden establecer 3 tipos de intervenciones
quirúrgicas o de traumatismos accidentales, según la intensidad de la agresión. Estos son:

GRADO I:

-Mínima lesión hística.
-No hay hipovolemia.
-Periodo de ayuno corto (1-2 días).
Ejemplos: fracturas de huesos cortos, heridas accidentales pequeñas.

GRADO II:

-Moderada lesión hística.
-Hipovolemia transitoria.
-Periodo de ayuno prolongado (3-7 días).
Ejemplos: cirugía electiva (colecistectomía), fracturas de huesos largos.

GRADO III:

-Lesión hística masiva.
-Hipovolemia prolongada.
-Necrosis de tejidos.
-Sepsis.
-Estado de shock.
Ejemplos: quemaduras extensas, peritonitis agudas, pancreatitis graves, reintervenciones con grandes exploraciones y procedimientos, politraumatismos, etc. Según el tipo de agresión que esté predominando, el shock tendrá un apellido diferente (shock séptico, shock hipovolémico).

En términos generales existe una relación entre la gravedad de la agresión y la intensidad de la respuesta. Cada respuesta biológica a la agresión, viene también personalizada por la edad, el sexo, la enfermedad o traumatismo previo, el estado inmunológico y nutritivo y las enfermedades asociadas (comorbilidad).

SEMIOLOGÍA DE LA RESPUESTA BIOLÓGICA A LA AGRESIÓN QUIRÚRGICA

Tomando como ejemplo una agresión media o grado II:

FASE DE PRE-AGRESIÓN. Ej: cirugías programadas, accidentes, etc.
-Ayuno controlado.
-Antibióticos.
-Analgésicos.
-Anestesia.
-Hemorragia.
-Stress psíquico.

FASE DE AGRESIÓN (2-4 días):
-Inmovilidad.
-Dolor.
-Temperatura (1º-1,5º C por encima del valor basal).
-Síndrome vegetativo: palidez, sudoración, taquicardia, etc.
-Sed. (Describir el síndrome de hipersecreción de la hormona antidiurética)
-Disminución del peristaltismo.
-Somnolencia.
-oliguria (por no estar bien hidratado, por existir un hiperaldosteronismo secundario o bien por haberse establecido una insuficiencia renal aguda pre renal o renal.)

FASE DE VIRAJE:
-Irritabilidad.
-Disminución del dolor.
-Cese del síndrome vegetativo.
-Inicio del peristaltismo.
-Aumento de grado de actividad física.

FASE DE RECUPERACIÓN:
-Apetito.
-Ensancha círculo de interés (familia, trabajo, etc. Las mujeres se acicalan, los hombres se interesan por la prensa).
-Normalidad de la función intestinal.
-No dolor de la herida.
-Progresiva sensación de potencia muscular.
-Alta médica.


FISIOPATOLOGIA DE LA AGRESIÓN

EN LA HERIDA OPERATORIA: La respuesta local está constituida por un proceso inflamatorio que se integra en la respuesta biológica general. En la fase de agresión no hay resistencia a la separación de sus bordes (evisceración) y existe una concentración de elementos necesarios para la reparación (fibroblastos).
Restablecida la homeostasis local comienza la acción secretora de los fibroblastos, produciéndose colágeno organizado, aumentando la resistencia de la herida a la separación de sus bordes. La firmeza del colágeno se va intensificando con el tiempo y más o menos a los 10 días, los puntos (en muchos casos), se pueden retirar.

HECHOS NEURO-VASCULARES: Existe un equilibrio dinámico entre el grado de perfusión sanguíneo visceral y el de los planos superficiales (plexo vascular subpapilar). En la fase de agresión existe hipertermia visceral por su mayor perfusión y una disminución de la temperatura cutánea por su circulación disminuida. Todo evidencia que en la fase inicial de la agresión hay un predominio del tono simpático (evidenciado por vasoconstricción cutánea que produce hipotermia y palidez) y en la fase de recuperación hay un predominio del tono vagal o parasimpático (traducido por peristalsis y presencia de ruidos intestinales).

HECHOS NEURO-ENDOCRINOS: La respuesta a la agresión es iniciada, desarrollada y mantenida, en gran medida, por la activación de mecanismos neuro-endocrinos de los que el eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal constituye la línea clave todo con la firme tendencia de mantener la perfusión y oxigenación cerebral al igual que su alimentación que como sabemos es a base de glucosa. De modo que en líneas generales están aumentadas todas las hormonas que tienden a aumentar la glicemia, mantener la volemia y la presión arterial. Observamos como todos los autores coinciden en que todas las glándulas endocrinas están aumentando su producción en la siguiente forma:
1. HIPÓFISIS: aumento de ACTH, b-endorfinas, GH, ADH, prolactina.
2. CORTEZA SUPRARRENAL: aumentan los glucocorticoides (Hidrocortisona) y los mineralocorticoides (aldosterona).
3. MEDULA SUPRARRENAL: aumento de catecolaminas.
4. PANCREÁS: aumenta el glucagon, disminuye la insulina ( Hay un estado de pseudo-diabétes; también los receptores donde interactúa la insulina están bloqueados)
5. GONÁDAS: se ha demostrado que puede haber disminución de la testosterona lo que explicaría la impotencia coeundi reportada en algunos hombres en su postoperatorio. En el sexo femenino se han reportados casos de amenorrea secundaria a las intervenciones y en otras estados de metropatía hemorrágica lo que habla a favor de que los estrógenos han sufrido una disminución en su producción.
6. TIROIDES: no existe variación en su estado de funcionamiento. Las reservas de T3 y de T4, son suficientes en condiciones normales para mantener la actividad tiroidea.

Recordemos varios hechos no ligados a la actividad glandular, ellos son:
-Se estimulan los preso-receptores aórticos y carotideos con la finalidad de mantener la presión arterial.
-Aumenta el péptido natriurético de la aurícula izquierda con igual finalidad.
-Aumenta la eritropoyetina con miras a restituir los valores hemáticos, sobretodo si ha habido perdidas sanguíneas importantes.
-En anaerobiosis los glóbulos rojos son capaces de tomar energía del metabolismo de los ácidos grasos (Es el llamado ciclo de Cori).

HECHOS METABÓLICOS:

Durante la fase inicial o de agresión observamos:
-Tendencia a la oliguria, bien sea por efectos de deshidratación o por un síndrome de hipersecreción de hormona antidiurética. El estado de hiposecreción de esta hormona nos lleva a los cuadros de hiponatremia dilucional.
-El síndrome oligúrico postoperatorio, se acompaña de un aumento del Na+ (hipernatremia) y disminución del K+ (hipocalemia).
-Aumento de la glicemia.
-Aumento de ácidos grasos libres.
-Aumento del catabolismo evidenciado por aumento de la excreción de nitrógeno.

En la Fase de recuperación todos los parámetros se normalizan.


PUESTA EN MARCHA DE LA RESPUESTA BIOLÓGICA.

Los hechos citados se desarrollan previa activación del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal, el cual se activa por dos vías:
1-A través de la estimulación del núcleo supra óptico.
2-Por la irritación de los nervios sensitivos somáticos en el foco traumático y la subsecuente activación de reflejos neuro efectores.

AGRESIÓN QUIRÚRGICA

La acción quirúrgica es un acto agresivo complejo con finalidad curativa, paliativa o
diagnóstica, en el cual, a la intervención manual e instrumental se suman otros estímulos agresivos antes, durante y después de la operación.
Esta agresión quirúrgica, al igual que la accidental, induce una respuesta orgánica integrada que no es una enfermedad sino un proceso biológico que tiende a la recuperación de la homeostasis y a la reparación de las lesiones hísticas. Este proceso biológico sigue en términos generales una secuencia en la que fenómenos neuro-vasculares, neuro-endocrinos y metabólicos se expresan dinámicamente de un modo bastante característico.
La respuesta a la agresión ha de ser comprendida en el marco personal de cada paciente siendo en este sentido, una respuesta que difiere en sus detalles de un enfermo a otro.

Cuando fracasa el proceso biológico de defensa frente a la agresión accidental o quirúrgica por la suma de excesivas o sucesivas agresiones o por insuficiente capacidad de respuesta, se crean las condiciones adecuadas para el desarrollo de complicaciones post- o peroperatorias.



Clase creada por el Dr. Pedro Lizarraga.

clase COMPLICACIONES QUIRÚRGICAS DE LA AMIBIASIS


Definición: La amibiasis es una infestación producida por un protozoario intestinal “La Entomaeba histolytica”.
Cerca del 90% de los casos son asintomáticos y el resto produce un espectro de síndromes, que van desde la disentería hasta abscesos hepáticos y de otros órganos, pudiendo los abscesos hepáticos confinarse al hígado o propagarse hacia el peritoneo, la pleura u otros órganos de la economía.
La amiba patógena es adquirida por la ingestión de quistes viables provenientes del agua, de los alimentos, por manos contaminadas fecalmente, menos común es la transmisión sexual por las practicas oro-anales y mas raro aún por la siembra directa de amibas en la instrumentación ano rectal.
Los trofozoitos son liberados en el intestino delgado donde en muchos pacientes se transforman en simples comensales a nivel del colon. Luego se enquistan y son expulsados por las heces.
En otros pacientes, los trofozoitos invaden la mucosa intestinal causando la colitis amibiana sintomática y pueden diseminarse luego por la vía hepática ocasionando abscesos en el hígado, pulmones y cerebro.
En el síndrome disentérico, los trofozoitos pueden no enquistarse y son hallados en las heces frescas y con característica hematófagas lo que es importante para el diagnóstico; ellos son rápidamente eliminados por la exposición al aire y al jugo gástrico.

Epidemiología.
Aproximadamente el 10% de la población mundial esta infestada con amibas y es la tercera causa de muerte mundial por parasitosis siendo precedida por el paludismo y la bilharziosis. Las áreas endémicas particulares son las regiones tropicales y la población con mayor riesgo son viajeros, inmigrantes recientes y homosexuales masculinos.
La lesión intestinal inicial es una ulceración de la mucosa del ciego, del sigmoides o del recto, estas úlceras, tienen extensión submucosa y contienen trofozoitos en los márgenes y en el tejido necrosado.

Complicaciones quirúrgicas de la amibiasis.

A) Agudas de colon:

1.- Colitis amibiana fulminante: Afecta más al colon derecho, más frecuente en pacientes desnutridos, es más grave en ancianos, niños e inmunosuprimidos. Sus complicaciones (Peritonitis, por perforación única o múltiple, lesiones extraintestinales y shock) son las que obligan a una cirugía inmediata pero con una mortalidad muy elevada sobre todo en los adultos, notándose una mejor evolución en los niños, sobre todo si se realizan cirugías conservadoras y se evitan las ileostomías.

2.- Peritonitis aguda: Que puede o no tener la evidencia clínico radiológica de perforación; de no tenerla se sospecha ante la presencia de dilatación de algún segmento colónico que generalmente es el colon transverso, las radiografías, muestran un segmento con pérdida del patrón mucoso normal que al verlo en la cirugía corresponde a una zona de necrosis.


3.- Perforación única de colon: Se dice que el 60 % de los casos de perforación única puede ser sellado por la acción del epiplón o de las asas intestinales de manera espontánea. Muchas veces no se detecta el neumoperitoneo y el diagnóstico se hace durante la intervención quirúrgica por los hallazgos operatorios.

4.- Perforación múltiple de colon: Corresponden al 28% de los casos operados y reportados.

5.- Shock hiperdinámico: En ocasiones por este cuadro asociado a manifestaciones actuales o recientes de peritonitis, se hace necesaria una laparotomía exploradora y en la toma de muestras se evidencian los trofozoitos.

Mortalidad Operatoria: La mortalidad es del 100% en los casos no operados y del 80% en los casos intervenidos con cirugía conservadora (en los cinco estados patológicos citados).

Procedimientos: Se realizan procedimientos de colostomía sin resección de los segmentos afectados, se pueden exteriorizar las lesiones múltiples y en algunos casos se ha intentado el cierre primario, conducta ésta no recomendada por los autores consultados.
Los segmentos colónicos afectados en orden de frecuencia son: ciego, sigmoides, ángulo hepático, colon ascendente, transverso, ángulo esplénico y colon descendente.

Diagnóstico: se establece, al demostrar el trofozoito amibiano en el examen de heces, en las muestras tomadas durante la intervención o en biopsias. La Inmunoreacción se hace positiva a la semana de la infestación en el 90 % de los casos, pero no puede distinguir si corresponde a un caso agudo o crónico.
En presencia de una colitis, la endoscopia y la biopsia, deben tomarse con extremo cuidado debido a los riesgos de perforación instrumental ante un cuadro diarreico severo de difícil diagnostico diferencial.
Es muy importante, establecer el diagnóstico etiológico, si estamos frente a un cuadro de enfermedad inflamatoria intestinal, ya que si decidimos usar esteroides en su tratamiento podemos ocasionar un megacolon tóxico en los casos de colitis amibiana.

B) Crónicas de colon.

1.- Ameboma: Clínicamente, se presenta como una masa invasora intestinal, confundiéndose con un carcinoma de colon. Se ha reportado con una frecuencia del 1% en las grandes series de estudio. Tener en mente su posibilidad aunado a una serologia positiva y una biopsia puede evitar una intervención innecesaria.

C) Lesiones extraintestinales.

1.-Absceso Hepático: Es la complicación extraintestinal mas común de la amibiasis. Su síntoma más frecuente es el dolor en el hipocondrio derecho, que puede irradiarse al hombro ipsi lateral. La hepatomegalia dolorosa es muy sugestiva para el diagnóstico. La mayoría de los enfermos tiene fiebre; algunas veces se presenta como una enfermedad emaciante. Se sospecha por los antecedentes clínico-epidemiológicos. Los exámenes de inmunidad tienen una alta positividad (80%). Puede confirmarse la presencia de cavidades hepáticas por ultrasonido, tomografía computada y resonancia magnética, siendo lo mas barato y fácil de realizar el ultrasonido. Se habla mucho de la punción del absceso bien guiada por ecografía o bien por tomografía, pero recuerden que solo deben realizarse cuando la cavidad del absceso es grande o cuando no hay una respuesta al tratamiento y que sólo servirá en muchos casos para diferenciar un absceso piógeno de uno amibiano sin trofozoitos evidentes al examen microscópico de un pus parecido a la pasta de anchoas. Por el contrario, se corren riesgos de hemorragia, de contaminación peritoneal y de infección secundaria.
El absceso, puede romperse hacia el abdomen, perforar vísceras como el estómago, el duodeno y/o el colon, también puede generar patología torácica por continuidad o perforarse en bronquios, pleura y pericardio. Es mas frecuente en la región postero-superior del lóbulo hepático derecho, originando adherencias hepato-diafragmáticas y antes de perforarse provoca pleuritis o pericarditis serofibrinosa por contigüidad. Cuando el absceso, se comunica al tórax, lo hace a través de un orificio que produce en el diafragma. Si se abre hacia un bronquio, se forman adherencias entre ambas pleuras, a manera de una fístula que desemboca en el parénquima pulmonar, destruyendo los alvéolos para drenar el pus hepático al exterior a través de los bronquios. La tos con expectoración inicialmente hemoptoica dentro de un cuadro dramático de sensación de asfixia y de muerte inminente va seguida de la vómica purulenta que drena el absceso hacia el exterior, con una mejoría dramática del enfermo. Al curar el proceso, no quedan huellas en los conductos aéreos ( Restitución ad integrum). Cuando no se forman adherencias entre las hojas pleurales, el pus, se drena hacia el fondo de saco costo diafragmático produciendo un empiema, también sucede lo mismo cuando se abre directamente en el pericardio (Generalmente un absceso del lóbulo izquierdo del hígado, que son de menor frecuencia que los abscesos del lóbulo derecho). Cuando el absceso se cura, o se drena y el tratamiento médico ha sido efectivo, el hígado cicatriza por fibrosis al igual que el diafragma. Cuando existen derrames pleurales o pericárdicos, el enfermo se agrava y presenta manifestaciones cardiorrespiratorias con un severo toque al estado general lo que hace sospechar estas complicaciones desde la semiología y se puede confirmar por la radiología torácica simple y electrocardiografía. En cuanto al diagnóstico diferencial se deben tomar en cuenta el absceso subfrénico drenado a tórax y el absceso pulmonar primario. En el primer caso hay antecedentes de una intervención quirúrgica sobre el abdomen y en el segundo caso, la el ultrasonido hepático y la gammagrafía pulmonar resuelven el problema al no evidenciar lesiones hepáticas, también es útil la tomografía.
La comunicación al pericardio es muy grave, ocasiona dolor precordial intenso, disnea, trastornos del ritmo cardíaco y signos de bajo gasto cardíaco. La situación de taponamiento cardíaco puede presentarse, afortunadamente, esta complicación es poco frecuente.

2.- Ulceraciones urogenitales y cutáneas. Se han descrito, sobre todo en Méjico, como complicación de amibiasis activa intestinal; responden rápidamente al tratamiento médico, se ven mas frecuentes en niños de zonas muy humildes. El diagnóstico se confirma con una biopsia de la lesión. Recuerden pensar en amibiasis cutánea cuando una colostomía se ulcere en sus bordes.

3.- Abscesos cerebrales. No se conoce como entidad quirúrgica, pues solo se han descrito en largas series de autopsias y con una frecuencia menor del 0,1% de los casos en las series estudiadas. Se desconoce su patogenia.


Clase creada por el Dr. Pedro Lizarraga.

lunes, 10 de noviembre de 2008

clase PANCREATITIS AGUDA Y CRÓNICA


ANATOMÍA

El páncreas es un órgano retroperitoneal. Se relaciona con el duodeno, estómago, bazo, colon, riñón izquierdo, raíz del mesocolon, cava y aorta, tronco celíaco y sus ramas, vasos mesentéricos superiores, vena porta y con el colédoco el cual presenta una porción intra-pancreática.

Irrigación:

Arteria Gastroduodenal.
AMS.
Arteria Esplénica.

Drenaje:

Vena Porta.
VMS.
Vena Esplénica.


FISIOLOGÍA

a) Función exocrina:
- Secreción de enzimas digestivas por células acinares.
- Secreción de agua y electrolitos por células centro- acinares y ductales.

b) Función endocrina: (Islotes de Largenhans).
- Las células alfa secretan glucagon.
- Las células beta secretan insulina.
- Las células “F” secretan polipéptido pancreático.
- Las células delta secretan somatostatina.

Las enzimas digestivas se secretan en forma de zimógenos que luego se activan en enzimas proteolíticas (tripsina y quimiotripsina), glucolíticas (amilasa pancreática) y lipolíticas (lipasas.)
La secreción de sodio y potasio es constante y se corresponde a los niveles plasmáticos de estos electrolitos.
La secreción de bicarbonato es estimulada por la secretina.
El glucagon se contrapone a la insulina.
El péptido pancreático disminuye la secreción pancreática exocrina. También actúa como hormona glucorreguladora.
La somatostatina reduce la secreción exocrina pancreática, disminuye la secreción ácida gástrica y de pepsina, inhibe la actividad motora gastrointestinal, disminuye el flujo sanguíneo esplácnico e inhibe la secreción de Gastrina, secretina, VIP, polipéptido pancreático, insulina y glucagon.

Regulación de la secreción exocrina:

a) Estimulan la secreción de enzimas pancreáticas:
- Acetil-colina por vía vagal desde la fase cefálica de la digestión.
- Gastrina en la fase gástrica.
- CCK en la fase intestinal.

b) Estimula la secreción de bicarbonato:
- La secretina cuya secreción por la mucosa duodenal es estimulada a su vez por la acidificación del medio.


PANCREATITIS AGUDA

Concepto:

Inflamación aguda del páncreas por auto-digestión enzimática del mismo caracterizada por cambios orgánicos y funcionales siempre reversibles (en el tejido pancreático sobreviviente) con afectación regional y sistémica variable.

Se presenta con igual frecuencia en hombres y mujeres.

La pancreatitis ocurre por activación precoz de las enzimas pancreáticas de manera tal que el páncreas se ve afectado por su acción lítica desencadenando fenómenos locales y sistémicos: Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica.

Etiología (90%):

1- Enfermedad litiásica del tracto biliar.

- La migración del cálculo, no necesariamente su impactación desencadenan la pancreatitis.
- Un ducto final compartido entre el Colédoco y el Wirsung está presente en un 90% de los pacientes con historia de pancreatitis biliar.

2- Alcohol.

- Estimula la secreción ácida gástrica y aumenta la resistencia del esfínter de Oddi.
- Aumenta la permeabilidad de los ductos pancreáticos lo que favorece la extravasación de enzimas.
- Produce hipertrigliceridemia.
- El acetaldehído produce lesión pancreática directa.

El alcohol al aumentar la secreción ácida gástrica, aumenta la acidificación del duodeno lo que estimula a su vez la secreción de Secretina la cual estimula la secreción pancreática.
La hiperlipidemia produce lesión endotelial.
La lesión directa del acetaldehído al páncreas se ha demostrado en modelos caninos. Este compuesto es el primer producto estable en la oxidación del etanol.

Etiología (10%):

- Hipertrigliceridemia.
- Hipercalcemia.
- Pancreatitis Familiar.
- Trauma Pancreático.
- Isquemia Pancreática.
- Obstrucción del Ducto Pancreático.
- Obstrucción Duodenal.
- Infecciones Virales.
- Veneno del Escorpión.
- Drogas.
- Idiopáticas.

Hipertrigliciridemia: Sd. Nefrótico, castración, estrógenos exógenos, hiperlipidemias hereditarias.
Hipercalcemia: Hiperparatiroidismo. Dos mecanismos: La precipitación del calcio en los ductos pancreáticos y la activación calcio-inducida del tripsinógeno.
Familiar: Predisposición genética. Historia familiar.
Trauma pancreático: Contuso y penetrante, quirúrgico, CPRE.
Isquemia pancreática: Hipotensión, by - pass cardiopulmonar, Ateroembolismo, Vasculitis.
Obstrucción del ducto pancreático: Tumor, Páncreas Divisum, Estenosis ampular, Infestación por áscaris.
Obstrucción duodenal: Tumores primarios o metastásicos.
Infecciones virales: Virus de la parotiditis, HIV, CMV, Coxsachie B.
Idiopáticas: En un estudio realizado se demostró la presencia de microlitiasis y barro biliar en un 60% de las pancreatitis catalogadas como idiopáticas. En un 40% se debe a pacreatitis autoinmune, también llamada, pancreatitis crónica esclerosante, presenta marcadores inmunológicos positivos, se asocia a otros desordenes inmunológicos como lo son enfermedades del colágeno. Produce esclerosis del páncreas con obstrucción de la vía biliar y del conducto pancreático.
Pancreatitis atópica, cursa con niveles elevados de Ig E.

Drogas Con Asociación Definida
Azatioprina.
Estrógenos.

Drogas Con Asociación Probable
Tiazidas.
Furosemida.
Sulfonamidas.
Tetraciclina.
Corticoesteroides.
Ácido Valpróico.
Clonidina.
Pentamidina.
Procainamida.

Presentación Clínica

- Dolor. Es el síntoma capital y se presenta en un 90% de los casos. Se inicia en epigastrio y se irradia en banda a ambos hipocondrios y espalda. Es continuo y progresa en intensidad.
- Náuseas y vómitos.
- Distensión abdominal por íleo paralítico.
- Signo de Cullen y signo de Grey-Turner.
- Ictericia.
- Compromiso sistémico variable. (Taquicardia, taquipnea, fiebre).

En el caso de la pancreatitis OH¯ el dolor se inicia de 12 a 48 horas posterior a una ingesta copiosa de alcohol. En la pancreatitis biliar el dolor se inicia después de una ingesta de comida rica en granos o grasas.
Signo de Cullen: Equimosis en región periumbilical. Pancreatitis hemorrágica.
Signo de Grey-Turner: Equimosis en flanco izquierdo. Pancreatitis hemorrágica.
Ictericia: en el caso de coexistir con Sd. Ictérico-obstructivo.
Compromiso sistémico variable: Hipotensión, hipovolemia, hipoperfusión, efusión pleural, disnea, cianosis.

Diagnóstico

1- Pruebas De Laboratorio
- Amilasa sérica.
- Iso-enzimas de la amilasa sérica.
- Amilasa urinaria.
- Relación entre el clearance de Creatinina-Amilasa.
- Lipasa sérica.
- Análisis de líquido peritoneal.

2- Examenes Imagenológicos
- Radiografía de tórax.
- Radiografía abdominal.
- Ultrasonido abdominal.
- TC abdominal.
- Resonancia Magnética.

Amilasa: Su aumento se observa después de las primeras 24 horas de iniciados los síntomas con un retorno a la normalidad en los siete días siguientes. Su persistente elevación habla de necrosis, absceso o pseudoquiste. La magnitud de su elevación no habla de la severidad del cuadro. No es específica. Un 10% de las pancreatitis cursan con amilasa normal. Esto se explica porque se está atajando el cuadro ya en resolución, que se trate de una glándula enferma e insuficiente por patología crónica o que se trate de un cuadro grave de necrosis pancreática extensa.
Isoenzima P: Páncreas.
Isoenzima S: Glándulas salivales, Trompas de Falopio, ovarios, endometrio, próstata, mamas, pulmones y probablemente hígado.
Amilasa en orina: Su aumento es más prolongado en el tiempo al compararla con la amilasa sérica.
Relación entre el clearence de Creatinina-Amilasa: 1-4%. Más de un 6% es patológico. No es específico. Amilasa urinaria/amilasa Sérica X Creatinina Sérica/Creatinina urinaria X 100 = tasa de eliminación Amilasa-Creatinina.
Lipasa Sérica: Es mas específica y su aumento es más prolongado en el tiempo que la amilasa.
Punción peritoneal no es un método ideal.
Radiografía de tórax: Efusión pleural, atelectasias basales izquierdas, elevación del hemidiafragma izquierdo, Sd. de Distress Respiratorio del Adulto: liquido intersticial, diagnósticos diferenciales.
Radiografía abdominal: Asa centinela (asa yeyunal proximal dilatada en hemiabdomen superior proximal al lecho pancreático), aire en la “C” duodenal por íleo duodenal, Colon “cut-off”, borramiento de la sombra de los psoas, íleo, litiasis vesicular, calcificaciones pancreáticas.
TC helicoidal con doble contraste: El estudio ideal.
RM: No revela ventajas con respecto a la TC.
CPRE.

Otras Causas Hiperamilasemia:

- Enfermedades de las vías biliares.
- Obstrucción intestinal e Infarto Mesentérico.
- Apendicitis aguda y peritonitis.
- Ulcera péptica perforada.
- Embarazo ectópico roto.
- Salpingitis.
- Enfermedades de las glándulas salivales.
- Neumonía.
- TCE.

Diagnósticos Diferenciales:

- Estenosis Pilórica.
- Ulcera péptica perforada o penetrada.
- Isquemia intestinal.
- Obstrucción intestinal.
- Colecistitis aguda.
- Infarto de cara diafragmática del miocardio.

Evolución Clínica

90% tendrá una evolución autolimitada que requerirá medidas simples de tratamiento.
El 10% evolucionará a formas graves de la enfermedad (alta morbilidad y mortalidad) requiriendo medidas de soporte vital y cuidados intensivos.

Para identificar precozmente a este grupo existen indicadores predictivos de la severidad:
- Criterios de Ranson.
- Criterios de Glasgow.
- APACHE II. (Acute Physiology And Chronic Health Evaluation)
- Clasificación tomográfica de Balthazar.

Criterios de Ranson para la Pancreatitis no Biliar:

Al ingreso
1. EDAD >55 años.
2. GB > 16.000 / mm³.
3. GLICEMIA > 200 mg/L.
4. TGO > 250 UI/L.
5. LDH > 350 UI/L.

A las 48 horas
1. Caída de Hcto > 10 puntos.
2. Alza del BUN > de 5 mg/dl.
3. Calcemia < 8 mg/dl.
4. pO2 < 60 con FiO2 de 21%.
5. Déficit de base > - 4 mEq/L.
6. Secuestro de volumen > 6 L.

Número de criterios – mortalidad
0-2 -----------0,9%
3-4 ---------- 15%
5-6 -----------50%
7-11 ----------95%

Leucocitosis: SIRS, infección
Hiperglicemia: Hipoinsulinemia por lesión celular. Tono adrenérgico aumentado.
Caída del Hcto: Por hemorragia.
Alza del BUN: Por disminución del volumen circulante efectivo por formación de un tercer espacio.
Hipocalcemia: Por hipoalbuminemia funcional y por depósitos de calcio en focos de necrosis grasa.
Caída del PO2: Por Sd. De distress respiratorio del adulto.
Aumento del déficit de base: Por hipoperfusión e hipo-oxigenación tisular.
Secuestro de líquido: Por formación de un tercer espacio por aumento de la permeabilidad endotelial.

Criterios de Ranson para Pancreatitis Biliar:

Al ingreso
1. Edad > 70
2. GB > 18.000
3. Glicemia > 200
4. LDH > 400
5. TGO > 250

A las 48 horas
1. Caída del Hcto > 10
2. BUN > 2
3. Calcemia < 8
4. Déficit de base > -5
5. Secuestro de liquido > 4 L
6. pO2 < 60 con FiO2 de 21%

Criterios de Glasgow:

1. GB > 15.000 /mm³.
2. Glicemia >2 gr./L.
3. BUN > 16 mmol/L.
4. PO2 < 60 mm. Hg.
5. Calcio > 2.0 mmol/L.
6. Albúmina < 3.2 mg.%.
7. LDH > 600 U/L.
8. SGOT ó SGPT > 200 U/L.

3 o más factores a las 48 h. del ingreso denotan una pancreatitis severa.

Clasificación Tomográfica de Balthazar:

A ----- páncreas normal
B ----- edema pancreático focal o difuso
C ----- inflamación peripancreática
D ----- 1 colección peripancreática
E ----- 2 o más colecciones y/o gas peripancreático

A) Complicaciones Tempranas

- Shock.
- Falla renal.
- Falla pulmonar.
- Déficit nutricional.
- Hipocalcemia e hiperglicemia.

Shock: Edema peripancreático, tercer espacio, émesis, hemorragia.
Hipocalcemia e hiperglicemia: Corregirlas con calcio e insulina.
En la mayoría de los pacientes se reinicia la vía oral dentro de la primera semana de iniciado el cuadro. En aquellos en que no se puede se indica NPT tan pronto su condición hemodinámica y cardiopulmonar lo permitan. Si el paciente va a quirófano, un acceso enteral puede ser requerido (Yeyunostomia o sonda naso-yeyunal).
Falla pulmonar: Alguna complicación respiratoria se observa hasta en un 50% de los casos. La hipoxemia es muy frecuente en las primeras 48 h. La fosfolipasa A circulante producto de los fenómenos lipolíticos está aumentada lo que interfiere con el surfactante. Se puede observar elevación hemidiafragmática, efusión pleural, neumonía y edema pulmonar.
Infección y sepsis: Por traslocación bacteriana.
Falla renal: Por disminución del volumen circulante efectivo se puede producir una IRA prerrenal.

B) Complicaciones Mediatas

Infección Pancreática Secundaria:

- Esta complicación es responsable del 80% de las muertes.
- La traslocación bacteriana e infección por puntos de venoclisis son el punto de partida.
- Los gérmenes implicados son Gram (-) y anaerobios de la flora intestinal, Pseudomonas, Gram (+) y Candida.

1- Absceso pancreático.
2- Necrosis pancreática sobreinfectada.

El absceso pancreático es una colección intrabdominal bien circunscrita susceptible a ser drenada por vía percutánea.
La necrosis pancreática sobreinfectada se trata de áreas focales o difusas de parénquima pancreático no viable asociado a necrosis grasa peripancreática con infección asociada por bacterias u hongos. No se puede drenar por vía percutánea y el paciente debe ser operado para debridación y limpieza quirúrgica. Se puede manejar con drenajes o como un abdomen abierto. La tendencia es a hacer esto último.
Estas complicaciones se sospechan en el contesto de una pancreatitis severa (definida por la presencia de 3 o más criterios de Ranson) cuando se observa un franco deterioro clínico después de la primera semana de enfermedad y en pacientes con bacteriemia documentada. Persiste la hiperamilasemia, gas en retroperitoneo. Se puede hacer punción guiada por TAC para obtener muestra para Gram y cultivo.

C) Complicaciones Tardías

Pseudoquiste Pancreático:

- Se observa típicamente a las 4 semanas de iniciada la pancreatitis.
- Más frecuente en pancreatitis por alcohol (65%).
- Persistencia o recurrencia del dolor, nauseas y vómitos, en ocasiones masa palpable.
- Hiperamilasemia.
- Se forma por la disrupción de un ducto pancreático con la consiguiente extravasación de jugo pancreático y su colección intrabdominal enmarcada por las vísceras que rodean al páncreas.
- Su persistencia se debe a la persistencia de la disrupción del ducto ya que la cicatrización del ducto lleva a la reabsorción y desaparición del pseudoquiste de manera espontánea. Por tanto se espera de 4 a 6 semanas antes de decidir cualquier otro tratamiento a menos que se complique y que la clínica así lo permita. El diagnostico se hace con TC y el seguimiento con US abdominal.
- Las variedades de tratamiento son: Drenaje quirúrgico interno (la técnica que se prefiere es la cisto-yeyuno anastomosis), Drenaje quirúrgico externo, Drenaje percutáneo, CPRE.
- Complicaciones del pseudoquíste pancreático:
a) Infección. 10% de los casos. El manejo es drenaje percutáneo
b) Obstrucción. Gástrica, duodenal, yeyunal, inclusive, del sistema portal.
c) Hemorragia. Por erosión de vasos de vísceras vecinas. Grave.
d) Ruptura. Abdomen agudo quirúrgico.


PANCREATITIS CRÓNICA

Concepto:

Enfermedad inflamatoria crónica que afecta a la glándula caracterizada por cambios anatómicos y funcionales irreversibles. Son típicos:
- Episodios recurrentes o persistentes de dolor abdominal.
- Insuficiencia pancreática exocrina.
- Dilatación del sistema ductal.
- Fibrosis y calcificación de la glándula.
- Puede ser focal, segmental o difusa.
- Principal etiología: El alcohol (75%).

Otras causas son: Estenosis congénitas y adquiridas del ducto pancreático, post-traumáticas, Fibrosis quística, Pancreas Divisum, Pancreatitis familiar, estados crónicos de hipercalcemia.

Cuadro Clínico

- Dolor abdominal en epigastrio, irradiado en banda a la espalda. Recurrente o persistente. - Insuficiencia pancreática exocrina
- Síndrome de mala absorción. Diarrea y esteatorrea.
- Pérdida de peso.
- Diabetes secundaria.

A medida que empeora la enfermedad, los periodos de acalmia son menores y los periodos de dolor, son mayores. El empeoramiento del dolor después de la ingesta de alimentos y alcohol es típico de la pancreatitis crónica.

Diagnóstico

1.- Hiperamilasemia y leucocitosis en las exacerbaciones agudas.

2.- Grasa fecal y curva de tolerancia a la glucosa para evaluar función exocrina y endocrina.

3.- TC abdominal.
- Dilatación ductal.
- Calcificaciones pancreáticas.
- Densidad heterogénea del parénquima.
- Lesiones quísticas.

4.- CPRE.

Complicaciones:

- Obstrucción del Colédoco distal (diferenciar de obstrucción maligna).
- Obstrucción duodenal.
- Fístulas Pancreáticas.
- Ascitis pancreática crónica.
- Efusión pleural pancreática.
- Fístulas pancreático - entéricas.
- Trombosis de la vena esplénica.

Si la disrupción ductal ocurre en el contexto de una pancreatitis aguda o una reagudización de una pancreatitis crónica los tejidos inflamados colectan el jugo pancreático y se forma un pseudoquiste. Si esta disrupción ocurre sin un proceso inflamatorio peripancreático el liquido difundirá y si el ducto es anterior se formara una ascitis pancreática o si el ducto es posterior (vía retroperitoneo, mediastino posterior, cavidad pleural) se formara una efusión pleural.
El manejo es conservador: NPT, drenaje. Si no responde en 6 semanas el tratamiento quirúrgico se impone.
La fístula pancreático-enterica es por el drenaje espontáneo de un absceso pancreático a una víscera hueca. Siempre son quirúrgicas. Son raras.
Pancreatitis es la causa del 65% de las trombosis de la vena esplénica. Puede ser silente o manifestarse como HTP con varices esofágicas. El tratamiento es la esplenectomia.

Tratamiento:

A.- Médico
- Suprimir ingestión alcohólica.
- Tratar la diabetes.
- Terapia con enzimas pancreáticas.
- Analgésicos.
- Soporte nutricional.

B.- Quirúrgico
- En el dolor intratable.

Clase creada por el Dr. Carlos Bellorin.